En España se diagnosticaron en 2017 casi 12.000 nuevos tumores de vejiga, según las cifras recogidas en el último informe realizado por la Sociedad Española de Oncología Médica. Su incidencia en el estado es de las más altas del mundo, señalan desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), siendo el quinto tumor más frecuente tras los colorrectales, de próstata, de pulmón y de mama.
Igual que en el caso del cáncer de pulmón, el cáncer de vejiga es mucho más frecuente entre los hombres. La razón de sexo es de 3,3 hombres por cada mujer en el mundo, 3,8 en Europa, y 7 en España, indican desde la AECC. Se trata de dos tumores muy ligados al hábito de fumar.
Aunque se registran casos a partir de los 40 años, “la incidencia de los tumores en la vejiga aumenta con la edad y, normalmente, el pico de incidencia suele ser entre los 65 y los 70 años”, expone el doctor Albert Carrión, especialista en el diagnóstico y el tratamiento de la patología vesical del Instituto de Urología Serrate & Ribal.

El tabaco, principal factor de riesgo
“El factor de riesgo más importante en el desarrollo de un tumor de vejiga es el tabaco”, afirma el doctor. Entre un 50-75% de los casos de cáncer de vejiga se pueden atribuir al consumo de tabaco, apuntan desde la AECC.
Existen otros factores desencadenantes como son las exposiciones laborales. Sobre todo a aminas aromáticas, como es el caso de los trabajadores que están en contacto con gomas, tintes, pinturas, metal, cueros, o bien mineros y conductores, pero su incidencia es mucho menor debido a las medidas de protección laboral.
Síntomas más frecuentes
De entre todos los síntomas que pueden indicar la presencia de un cáncer de vejiga, el más frecuente es la aparición de sangre en la orina (hematuria). “Hay otros síntomas menos frecuentes como son la necesidad imperiosa de miccionar o el dolor o escozor al orinar”, explica el doctor Carrión. “Ahora bien, aunque la presencia de sangre en la orina puede ir asociada a otras enfermedades, siempre que se detecte un sangrado hay que acudir inmediatamente al médico”, remarca.
Diagnóstico del cáncer de vejiga
Los exámenes y procedimientos usados para diagnosticar la aparición de un tumor en la vejiga fundamentalmente son tres: La cistoscopia, que es una prueba diagnóstica en la que se introduce una microcámara a través de la uretra, que es el conducto por donde sale la orina, y que va hasta la vejiga. Hay otras dos opciones menos invasivas, como son la ecografía renovesical o el TAC (tomografía computerizada). “En el Instituto de Urología Serrate & Ribal recomendamos siempre hacer una cistoscopia porque es la prueba más fiable de todas”, afirma el especialista.
Tratamiento de los tumores de vejiga
Una vez detectada la presencia de un tumor en la vejiga la cirugía es la opción terapéutica más habitual. “La gran mayoría de tumores que hay en la vejiga son malignos. Tan solo existe un porcentaje pequeño, menos del 5%, que pueden ser precursores de algo maligno pero que no llegan a ser carcinomas”, describe el doctor Albert Carrión.
La cirugía consiste en la extirpación y extracción de pequeños fragmentos del tejido vesical afectado a través de la uretra mediante la técnica de resección transuretral (RTU). En los casos en que el tumor o carcinoma es superficial (no afecta al músculo de la vejiga) se suele realizar un seguimiento sin otros tratamientos o, en casos seleccionados, se puede realizar un tratamiento con instilaciones vesicales (introducción de quimioterapia o inmunoterapia a través de la uretra). Cuando el tumor infiltra al músculo suele ser necesaria la extirpación total de la vejiga, es decir, practicar una intervención conocida como cistectomía radical. En estos tumores infiltrantes será necesario descartar la presencia de metástasis mediante una técnica de imagen (TAC).
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