Las técnicas laparoscópicas son eficaces y poco invasivas para tratar cálculos de gran tamaño, independientemente de su localización.
Han relegado a un segundo plano las cirugías abiertas en el campo de la Urología ya que, además de su alta efectividad, reducen las complicaciones postoperatorias y la estancia hospitalaria, permitiendo así la rápida reintegración del paciente a su vida normal.