La implantación quirúrgica de una prótesis de pene es una solución eficaz y satisfactoria para tratar la Disfunción Eréctil, aunque se contempla en pacientes que han probado otros tratamientos sin éxito o que prefieren una solución permanente a su problema. La cirugía consiste en colocar unos cilindros biocompatibles en cada cuerpo cavernoso del pene, de forma que producen la rigidez necesaria para una relación sexual satisfactoria. Las prótesis peneanas se clasifican en dos grupos: semirrígidas o maleables y las hinchables o hidráulicas.
- Las prótesis semirrígidas o maleables constan de dos cilindros de silicona blanda que, colocados en los cuerpos cavernosos, restauran la erección del pene. Puede ser manipulada por el propio paciente para orientarlo en tres posiciones diferentes: recta o elevada para mantener relaciones sexuales, hacia abajo para la micción o la posición normal o doblada.
- Las prótesis hinchables o hidráulicas pueden ser de dos o tres componentes. Las de dos componentes constan de dos cilindros flexibles rellenos de suero salino estéril que se insertan en los cuerpos cavernosos y que están conectados a un dispositivo de bomba que se instala en el escroto, cuya función es también la de reservorio. La erección se consigue apretando la bomba escrotal: de este modo, el líquido es transferido desde el reservorio a los cilindros. Para su vaciamiento y la consecuente flacidez del pene es suficiente con doblar los cilindros hacia abajo durante unos segundos, lo que hará que el líquido vuelva al reservorio. Las prótesis de tres componentes son las más sofisticadas. Están compuestas por dos cilindros que se implantan en los cuerpos cavernosos, aunque, en este tipo de prótesis, la bomba es independiente del reservorio: el sistema de bombeo se coloca en el escroto; mientras que el reservorio suele colocarse habitualmente en el peritoneo o en el espacio laterovesical.