Consiste en eliminar el tumor peneano con un margen de seguridad, preservando la uretra para una normal función miccional.
Es posible tener una vida sexual satisfactoria después de una falectomía parcial: la parte restante del pene conserva su capacidad de erección con la excitación sexual y, por lo general, se consigue una longitud suficiente que haga posible la penetración.